"Una estudiante de la facultad de letras de la Universidad de Archangelsk nos acompaña igualmente en estos viajes. Xénia recita la poesía religiosa rusa de los siglos XIX-XX, mientras que Armen toca obras de Bach, Tchaïkovski, Beethoven y Haendel. Cada concierto está precedido de unas palabras de mi parte", cuenta el padre Eugenio.
Estos conciertos que duran varias horas tienen éxito: los misioneros ortodoxos son reinvitados. "Pienso que esta forma de educación espiritual y ética de los niños y de los jóvenes es eficaz. Los adolescentes comprueban que la Ortodoxia no consiste en la recitación de oraciones interminables, sino que conlleva en sí la cultura... Proseguiremos con esta iniciativa con la ayuda de Dios", concluye el padre Sokolov.
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